texto por: Sofía Torres
Llorar porque sí
con sed y sin ganas.
Llorar de tristeza
porque mucha felicidad,
para cambiar un poco.
Sentarse presa de un nudo gutural
mirar a la nada
y dejarlas caer
un poco por el pasado
un poco más por el miedo.
Lágrimas como lluvia en verano
refrescantes.
1 comentario:
Buena reflexión. Llorar, cuando haya que llorar, es sano.
saludos.
holasoywaripolo.blogspot.com
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